¿Hasta qué punto podemos evitar la cirugía estética para cambiar lo que no nos gusta de nuestro cuerpo?
Cirugía estética, cirugía plástica y medicina estética son conceptos que a menudo se entremezclan en un batiburrillo que relacionamos con la mejora de la apariencia física, pero sin conocer realmente las implicaciones que conlleva cada uno. Por eso, a menudo muchos se pierden a la hora de encontrar al especialista más adecuado para sus necesidades.
¿Un médico especialista en estética puede arreglar una nariz u operar unos pechos? ¿Qué tipo de título debe poseer el profesional para realizar una liposucción?
Para arrojar un poco de luz entre tanta confusión, respondemos a estas y otras cuestiones con la ayuda de las doctoras Maritina Martínez Lara y Nélida Grande, cirujanas plásticas miembros de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE).
Cirugía estética vs. medicina estética
En primer lugar, cabe señalar las diferencias entre conceptos que se suelen confundir dentro del ámbito de la estética. Así, la cirugía estética es una rama de la cirugía plástica que se aplica normalmente en pacientes sanos que desean cambiar su aspecto físico en busca de una mayor armonía facial o corporal, así como de revertir determinados signos de envejecimiento.
La otra rama de la cirugía plástica sería la reparadora, que está orientada a mejorar el aspecto físico y la función de personas con anomalías congénitas o que son consecuencia de enfermedades o accidentes.
Ahora bien, si la cirugía plástica abarca estos dos ámbitos (la estética y la reparación), ¿dónde queda ubicada la cada vez más popular medicina estética? Lo cierto es que son dos términos que se diferencian en un punto fundamental: la intervención quirúrgica. Y es que mientras la medicina estética trata de corregir alteraciones del aspecto de una persona con procedimientos mínimamente invasivos, la cirugía estética (dentro de la plástica) implica una intervención quirúrgica que solo puede ser ejecutada por un cirujano.
Un único título oficial
Es España, «la cirugía estética solo está incluida en un título oficial de Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, que se obtiene tras la Licenciatura en Medicina, superar el examen MIR y completar los cinco años de residencia en uno de los servicios de Cirugía Plástica de los hospitales públicos españoles», recalcaban desde la SECPRE en un comunicado reciente.
Así, cabe señalar que un médico especialista en estética, que se ha especializado mediante cursos de posgrado y máster, no está habilitado para realizar intervenciones quirúrgicas, si bien su titulación le permite aplicar otros tratamientos no quirúrgicos: bótox, rellenos de ácido hialurónico, láser, fotodepilación, etc.
Por tanto, a la hora de someternos a un procedimiento de cirugía estética (aumento de mamas, liposucción, rinoplastia, «lifting», etc.) debemos ponernos en manos de un cirujano plástico, que es quien está debidamente cualificado para llevarla a cabo. Incluso cuando hablamos de una cirugía menor y no muy invasiva (cada vez más frecuentes) la ha de llevar a cabo un cirujano especializado.
Medicina estética: ¿una alternativa real a la cirugía?
El auge de los tratamientos no invasivos como alternativas a ciertas cirugías estéticas muy populares y demandadas puede generar ciertas dudas entre los potenciales pacientes, lo que nos ha llevado a preguntarnos si realmente sus resultados son equiparables. Hablamos de acciones que requieren el uso de técnicas y tecnologías no invasivas (que no implican cirugía) como inyecciones, láser, radiofrecuencia, luz pulsada, etc.
«Las cirugías y las alternativas estéticas no son comparables en cuanto a resultados, por así decirlo», explican las cirujanas plásticas Maritina Martínez Lara y Nélida Grande. «El resultado que podemos conseguir con una cirugía no lo consigue ningún tratamiento estético y es para siempre», aseguran, si bien indican que «no son incompatibles, si no que las dos técnicas pueden mejorar mucho al paciente».
Así, las especialistas nos ponen algunos ejemplos populares, en los que podemos apreciar las diferencias entre someterse a una cirugía estética o su tratamiento «alternativo» de medicina estética.
Fuente: ABC de Sevilla